(Seguimos con las breves reseñas de la historia del Movimiento Obrero en Venezuela, que estamos publicando por entregas, en esta oportunidad el trabajo de Luis Vitali: NOTAS PARA UNA HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO VENEZOLANO. A continuación la TERCERA ENTREGA).
Origen y desarrollo del proletariado petrolero
La formación del proletariado petrolero en la década de 1920 significó un cambio cualitativo en la estructura del movimiento obrero venezolano, configurándose la primera gran concentración obrera del país.
El capitalismo se afianzó como el modo de producción preponderante en una formación social donde aún supervivían algunas formas precapitalistas. El proceso de urbanización de las ciudades y poblaciones de la región petrolera tuvo una rápida expansión. La población del Estado Zulia aumentó en 100.000 habitantes entre 1920 y 1926.
Miles de campesinos, que estaban cesantes a raíz de la crisis agrícola, migraron a las zonas petroleras, atraídos por mejores salarios. Mientras el coeficiente de movilidad interna ascendía a 3,91 en 1920, para 1926 llega a 11,8 y para 1936 a 13,4. Es decir, que el mayor aumento de los desplazamientos de población se produjo entre 1920 y 1926. Sin embargo, las nuevas explotaciones no eran capaces de absorber esa masa de campesinos en busca de nuevas fuentes de
trabajo.
En la década de 1920 ya existían más de 10,000 obreros petroleros, sometidos a una inícua explotación, como lo señala Salvador de la Plaza: "Las empresas imperialistas crearon los campos petroleros, debidamente cercados, y los convirtieron en pequeños estado autónomos dentro del Estado, regidos por reglamentos y cuerpos de policías propios que tenían por finalidad asegurar la más exhaustiva explotación de los trabajadores venezolanos. El libre comercio de esos 'campos' y la entrada de ellos a quienes no portaran la ficha de enrolamiento de la compañía respectiva estaban prohibidos, así como también el tránsito por las carreteras construidas por las compañías para comunicar entre sí a los campos petroleros o con los poblados más cercanos".
Las condiciones de vida en los campamentos petroleros han sido también descritas por Aquiles Ferrer, un viejo obrero minero: En la época de Gómez "los salarios oscilaban entre 7 y 9 bolívares para los obreros de última categoría. Las vacaciones si las había, no pasaban de una semana, lo que consideraban como descanso... Las viviendas en Mene Grande en 1926 mejoraron con la construcción de las 50 casas para los empleados de cierta categoría siendo el lugar de Pueblo Viejo, para los obreros, en unas casitas de paredes de bahareques y techos de enea, situadas sobre el cerro que queda cerca de las oficinas de dichas compañías.
Esas viviendas fueron eliminándose poco a poco para ser pasadas totalmente a San Felipe y Pueblo Aparte. Donde la estrechez era la misma de sus alojamientos de peores condiciones, porque los techos eran de zinc en una zona más baja y la temperatura era agotadora, en aquellas paupérrimas casuchas, divididas en un espacio de 10 metros cuadrados ... El Dr. Néstor Luis Pérez, a la sazón Ministro de Fomento, en visita oficial para observar el sistema de vida de los obreros petroleros, al detenerse frente a las viviendas, cerca del caserío Tasajera, quedó sorprendido al contemplar aquel cuadro, por lo cual dijo : Cómo es posible vivir en estas casuchas que parecen calabozos?. No se explicaba cómo podían soportar tan asfixiante manera de habitarlas ... Allí se apiñaban en cada uno de los campamentos más de 150 hombres.
Las hamacas eran colgadas de los diferentes tirantes de maderas fuertes, para que pudieran soportar el peso de las cargas de 'mapires' en aquel estrecho sitio. Había guindachos casi hasta el tope de la cumbrera, teniendo que trepar en escaleras. Había que ver aquel enjambre humano para poder apreciar la vida en común en esas improvisadas viviendas. Así era Lagunillas en ese entonces'".
En esas condiciones de explotación fueron emergiendo los primeros embriones de conciencia de clase: "Las uniones mutualistas, los clubes obreros, los centros culturales aparecen bajo el techo de zinc de aquellas casuchas que hacen de Cabinas y Lagunillas el refugio de todas las miserias. Los proletarios se reúnen en las noches y discuten sobre sus condiciones de vida... Tener casa decente y agua y servicios sanitarios son las primeras reivindicaciones, las elementales. Por allí empieza a manifestarse la conciencia de clase. Luego se agregan las reclamaciones de salarios y el cese del tratamiento despótico con que la arrogancia del extranjero se ejerce sobre los lomos del criollo".
Los primeros movimientos de protesta. de los obreros petroleros comenzaron en 1922 y culminaron con el estallido de la primera huelga petrolera en junio de 1925 en Mene Grande. "Allí - dice Pérez Salinas - cansados del trato despótico, arbitrario y humillante de los jefes extranjeros de las compañías, los trabajadores se van a la huelga que es promovida mediante la arenga del obrero fogonero Augusto Malavé, exigiendo un aumento de salarios" (54). La huelga tuvo una duración de 9 días. Los obreros reclamaban porque se les obligaba a trabajar doce horas diarias, sin feriados ni vacaciones remuneradas. También se multaba a los trabajadores por cualquier motivo, encargándose el jefe civil de aplicarla en dinero o arresto.
La huelga petrolera de 1925 constituyó un hito relevante en la historia venezolana porque los trabajadores demostraron por primera vez que eran capaces de paralizar la principal industria extractiva del país, poniendo de relieve el poderío de la nueva clase social emergente.
En estos conflictos comenzó a forjarse la nueva vanguardia obrera venezolana. Según cuenta uno de sus integrantes, se obtuvo el apoyo de algunos trabajadores norteamericanos: "entre los perforadores de las compañías petroleras, que eran obreros norteamericanos, había sindicalistas y marxistas. Estos obreros eran tenidos aquí como técnicos pero pertenecían a los sindicatos norteamericanos ... Nosotros sostuvimos entrevistas con muchos de ellos y algunos nos orientaban en el trabajo sindical y político, pero ante los obreros venezolanos ocultábamos nuestros contactos, pues al fin y al cabo ellos eran presentados como capataces ... Nos veíamos de noche y nos daban su experiencia y como ganaban mucho dinero como capataces contribuían con el movimiento. Recuerdo sobre todo a uno que lo llamaban Mister Luis, que era sindicalista y nos ayudaba mucho" .
Ante la prohibición de formar sindicatos, los trabajadores formaron en Cabimas, en 1931, un organismo semiclandestino llamado "Sociedad de Auxilio Mutuo de Obreros Petroleros" (SAMOP) que luego redactó un proyecto de Estatutos y un pliego de peticiones. "La Asamblea constitutiva de SAMOP contó con la asistencia de más de cinco mil obreros, habiendo sido designado presidente el mismo Rodolfo Quintero, quien era para entonces un empleado de la Venezuela Oil Concesions. La SAMOP, a pesar de su fachada de organización mutualista, fue en verdad el primer sindicato petrolero".
Después de haber constituido Comités de empresa en cada centro petrolero, la SAMOP resolvió presentar un pliego de peticiones y crear un fondo de resistencia: "Tres días antes del acordado para iniciar la ofensiva, fueron despedidos de las compañías todos los directivos de la SAMOP. El presidente de la organización, Rodolfo Quintero, refiere que, luego Mario Maya gobernador del Distrito Bolívar, y Armando Valbuena, Jefe Civil de Cabimas, al frente de quince hombres armados con los viejos fusiles "Mausser" del gomecismo, lo hicieron preso: 'Fui amarrado - dice - con un grueso mecate y trasladado a la cárcel de Maracaibo donde estuve dos años hasta que pude fugarme y salir del país por la vía de Paraguachón'. Y así fue quebrado ese movimiento".
A pesar de la represión, los trabajadores petroleros reestructuraron su organización clandestina y se constituyeron en un factor decisivo en el desarrollo del sindicalismo después de la muerte de Gómez, sobre todo en las huelgas y movimientos de 1936.
(CONTINUARÁ...espere la cuarta entrega)
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